domingo, 18 de noviembre de 2012

ENFRENTAR LO DESCONOCIDO.

Ante una consulta de alguien que quiere y ama a un adolescente que pudiese ser, un sobrino, nieto o hijo de ella, respondí de esta manera.

Comprendo todo lo que siente por esta delicada situación, es triste, pero cuando se presentan estas  situaciones, es mejor no tomarlo como un sufrimiento, sino enfrentarlo con fuerza espiritual, pedir por Marcelo para que todo vuelva a su centro.

Para ayudar en lo practico es necesario considerar que el desorden que se presenta en él, requiere de un tratamiento a través de la psiquiatría y la psicología, ése es el camino, junto con eso la mejor manera de avanzar es que el paciente acepte que algo no anda bien en su vida, al inicio de estos cambios de conducta, no es fácil y a veces necesitamos pasar por alguna crisis más complicada para recién pedir auxilio.

Quienes se dedican al paciente tendrán que cultivar la paciencia, cosa no fácil tampoco, al no saber como relacionarse, pero, el silencio, la aparente indiferencia, los no cuestionamientos, ni críticas, ayudan a la calma.

Ud. me comenta que el paciente adolescente la culpa a Ud. de lo que ha ocurrido, sentirse culpable no le es beneficioso a nadie, los reproches de él son propios del "no saber como hacerse cargo de sí mismo", pero cuando tome alguna terapia sus estados cambiarán, no rápidamente, pero poco a poco irán poniéndose las cosas en su lugar. Generalmente cuando aparecen estos estados críticos pensamos que no cambiarán, mejor es confiar en que hoy existe gran aporte de la medicina para las enfermedades en general.

Cuando estamos confundidos es muy propio culpar a otros, Uds. deben sentirse orgullosos de lo que han hecho toda la vida por él, que nada debilite en relación al valor que tiene el amor que han puesto en la vida de Marcelo. Lo mismo cuando se trata de sus otros cercanos familiares, que se alteran con la situación, será mejor no escuchar otras opiniones porque si Uds. se hacen cargo de todo lo que piensan los demás, terminarán destruyendo vuestra tranquilidad y les será mucho más difícil ayudar.

Pienso que Marcelo fuera de tener un desorden que afecta su salud mental, está influenciado por la propias corriente de los jóvenes de hoy, todas esas características radicales que han cambiado su fisonomía, tendrán menos poder en el tiempo, sino se le hacen comentarios en contra o no se le observa de manera directa, el silencio sirve como cura para nuestros desequilibrios afectivos y mentales.

A través de la psiquiatría, la filosofía, la psicología, he aprendido que quienes estén dentro de la sana cordura, deben salvarse a través de la fortaleza, para seguir en el propósito de ayudar y no dejarse llevar por la fuerza negativa que lo destruye todo, tener fe que él pedirá ayuda al no sentirse acosado aunque sea por las buenas intenciones y comprender que el cambio de sus conductas es una enfermedad que necesita de seguirle el juego para no espantarlo sino para acercarlo a la normalidad.

Si Uds. son creyentes, estando frente a él, mayor razón para orar en silencio, Dios todopoderoso calma hasta al más descontrolado y a la vez hace milagros, confíe Adriana.

Refuércese en todo lo bueno que ha dado, no sólo a esa valiosa dedicación y amor que ha tenido para Marcelo, también le aseguro que para muchos más.