lunes, 14 de febrero de 2011

Algo bueno de la Bipolaridad


Pintura al óleo de Susana Rodríguez Hidalgo Quitor Desierto de Atacama

Hay muchos personas que llevan esta afección bipolar las que se sienten realmente perjudicadas por esta realidad, muchos de ellos cuando comparten con otros que no rechazan esta situación, preguntan que es lo bueno que tiene esta enfermedad que la llegan a resistir.

Hay puntos a favor que nos animarán a confiar en que no es tan perjudicial este TAB (Trastorno Afectivo Bipolar) hace poco participé en unas interesantes Jornadas de Salud Mental, donde destacados especialista de psiquiatría hicieron referencias a distintas patologías y aún tengo presente la acotación de una destacada Dra. Psiquiatra, quien comentó que no entendía el por qué a alguien se le ocurrió denominar a la Bipolaridad como un Trastorno…

Y es verdad, nosotros no vivimos trastornados, perturbados, a veces, nos vemos afectados y nos descompensamos, perdemos concentración y ánimo y en casos más críticos podemos desequilibrarnos, pero no es la sombra de la enfermedad.

Si hay algo valioso en este diagnóstico, es la particularidad de un rasgo que nos une en un sentido común y es la capacidad de “entendimiento”, podría pensarse que nuestra facultad de pensar debería ser menor al común de las personas, sin embargo nuestro discernimiento se distingue por entender la realidad en un sentido más íntimo y profundo.

Hemos dicho que no por llevar este gen somos iguales en la condición humana, como tampoco en la personalidad, pero hay aspectos que nos asemejan como es el sentido de agudeza, intuición e inteligencia, entonces podemos destacar que hay factores favorables dentro de la bipolaridad, por los que, nos podemos ver beneficiados de bien aplicarlos.

Estas condiciones predestinadas, han permitido a muchos personajes de la historia, poseedores del gen bipolar, dejar obras inmortales como la de Peter Ilich Tchaikovski con su música brillante y eterna y su particular historia donde queda demostrada la pasión, la confusión y la genialidad.

Si dentro de nuestro destino venía escrito esta condición, valdrá la pena aprovechar la inspiración, genialidad y sensibilidad para sorprenderse, incluso, de lo que constantemente pueda aflorar inesperadamente de nuestro mundo interno.

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