domingo, 11 de diciembre de 2011

ALCOHOL

Es probable que de no encontrar el equilibrio o más bien de no saber que pasa con uno, muchas personas escapan de la realidad recurriendo al alcohol y son muchos los casos que han experimentado esta adicción, lo bueno que cuando saben que sus cambios de ánimo tienen un nombre llamado Bipolaridad o Depresión, y que con un tratamiento apropiado, es posible mejorar pesares y confusiones, hay a quienes le es posible dejar de lado el alcohol para disfrutar en todo sentido del cambio.

Sabemos que hay que tener voluntad, pero es una gran lección para muchos, que otros demuestren que es posible lograrlo.

Lo planteo por que he comprobado a ciencia cierta, en un caso de quien llegó en busca de orientación, al vivir una vida que la consumía en amargura, hoy ella ha comprobado que la gran culpable de su dolor, era una enfermedad del ánimo llamada depresión.

Asistió a un especialista y logró el tratamiento que la sacó de una profunda depresión, aún está en estudio si su caso es bipolar o no, pero ella ante el cambio favorable, el haber recuperado el afecto de y por su familia, como también el reencontrarse con la posibilidad de poder entregar un pedazo de alegría y más aún, disfrutar ella misma de lo que en tantos aspectos la vida la favorece, es que no se convence como pudieron quedar atrás cinco años de tristeza y cómo era posible también dejar de consumir alcohol.

Parecerá extraño, pero hay quienes se alegran de ser diagnosticado. Y es lo mejor, los estabilizadores del ánimo (medicamentos) nos compensan y nos llevan a enfrentar con responsabilidad lo que es el verdadero entorno y a la vez, nos queda demostrado que vivíamos en la irrealidad misma.

A quienes desconocen padecer de los altibajos del ánimo, los que tantas veces nos llevan a no querer vivir, o en otros momentos a dejarnos llevar como un río desbordante que pierde su armonioso caudal, se vuelve no solo para quien lo vive algo perjudicial.
Cuando nos recuperamos podemos mirar recién de frente como perdíamos por momento la sensatez, lo intolerantes que éramos a la opinión bien intencionada de los demás, incluso, de quienes nos quieren.

Así como Delia pasó cinco años sin saber que hacer, quizás sin escuchar a quien la pudo querer ayudar, hay muchas más historias que se complican por la falta de conocimiento y de lo difíciles que muchas veces se vuelve el paciente en la no aceptación de sus debilidades. Pero más que ser un capricho, es la enfermedad misma que no nos permite aclararnos.

El caso aquí mencionado, es uno más de tantos, el valor que tiene es que Delia sola buscó orientación y apoyo y nosotros como grupo nos sentimos útiles, solidarios y convencidos que el compromiso para crecer, será ser consecuente con recobrar algún principio, el que se puede transformar en una pasión que nos cambie la vida para siempre.

SE FIEL A TUS PRINCIPIOS Y NO CAMBIES, EVOLUCIONA
(Anónimo)

2 comentarios:

  1. Yo soy de aquellas a quien le cambió la vida con el diagnóstico... Me cambió la vida, se me abrió un mundo que antes no entendía... Ahí comencé a escribir un blog, donde plasmo todo esto que puedo identificar luego de haber sido diagnosticada. Por fin entiendo mi vida y a mi misma y no sabe lo aliviador que es... Los invito a leer mi blog: www.doblepolaridad.blogspot.com
    Ahí podrán ver como un diagnóstico cambió mi vida... todo empieza a tener sentido... por fin!!

    Saludos,
    DoblePolaridad

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  2. Quienes hemos experimentado los cambios de ánimo y como tu dices, conseguir el diagnostico preciso y tratamiento igualmente adecuado nos pasa lo que a ti, nos sentimos afortunados.

    Saber que esta afección tiene muy buen pronóstico en psiquiatría, nos alivia, después de eso, la normalidad dependerá de lo constante que sea el paciente.

    En la reunión de hoy, se comentó la libertad que se siente al compartir con otras personas que llevan esta condición, es tan normal lo que sentimos, pensamos o padecemos, que cada cual aporta para aliviar la carga del otro, terminamos todos con la convicción, que la bipolaridad no es tan peor una vez que logramos compensarnos.

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