domingo, 26 de agosto de 2012

Encontrarse consigo mismo

La invitación para el encuentro de los días lunes es extensivo para familiares, amigos e interesados en conocer qué pasa con el Trastorno Afectivo Bipolar en quienes vivimos con esta alteración del ánimo, lo cual nos afecta de manera inesperada y que al ir teniendo conocimiento sobre nuestras aprensiones, temores o inseguridades, es decir, sabiendo qué pasa por sí mismo, de alguna manera vamos logrando aliviar y viendo como un cambio favorable para sobrellevar los días junto a lo que se transformó en una enfermedad.

Cuando se dice que una persona es bipolar sin serlo o se le adjudica a un tipo de personalidad que desagrada, esta definición no es cercana a la realidad, lo cierto es que la bipolaridad no es un tipo de personalidad, sino seríamos muy parecidos, más bien lo que nos une, es la raíz que habita en la esencia de todo ser humano, los afectos, es éso lo que nos causa tantas veces dolor y nos altera la paz interior, alteración que nos lleva muchas veces a desconectarnos de la realidad, al no saber qué o cómo hacer con aquellas emociones que se desbordan, sin poderlas controlar, por lo tanto perjudiciales para la salud mental.

De acuerdo a ésto, la sensibilidad humana nos puede pasar a todos una mala jugada, pero no es lo que importa, lo importante es aprender a llevar la vida a un ritmo distinto al que nos llevó al descontrol o nos está llevando a un actuar sin medir consecuencias...

Hace dos lunes atrás llegó Gladys, familiar de una paciente bipolar y su ansiedad exigía respuestas inmediatas, a la primera opinión se molestó y le hice saber que si no estaba dispuesta a aceptar las intervenciones que pudiesen parecerle equivocadas, no sería posible tenderle una mano; se detuvo a pensar, se abrió el diálogo en conjunto con todas las personas bien intencionadas de siempre y Gladys abrió su verdad, su angustia fue un caudal de lagrimas y su sinceridad nos conmovió llevándonos a un sólo propósito, se demostrara así misma qué, más que aferrarse a la impotencia de no ser escuchada por su familiar bipolar, ella debía de calmar su impaciencia que como dijo ella, se transformaba en una ira que ella misma no resistía.

Detalles comentados por Gladys nos dejaron demostrado que no es necesario tener un diagnóstico bipolar para perder el control, de acuerdo a nuestra experiencia de cómo  mantenernos estables en el ánimo, le hicimos ver la importancia de abocarse a revisarse para sanar primero ella y después a ayudar.

Gladys decidió asistir a una psicóloga, lleva dos sesiones. Se acercó a comentarme que sus días han experimentado un significativo cambio, ella por primera vez descubre que lo primero es aprender a caminar sola, "como todos debemos aprender a hacerlo", se renovó en su planteamientos de vida y en lo profesional y experimentó también la diferencia del antes al hoy de parte de otros con ella y reflexiona diciendo: " cómo uno, por poner expectativas en otras personas llega a una insatisfacción personal que puede alcanzar a perjudicar a los demás "

Parecerá demasiado pronto como su existencia se está invirtiendo, pero cuando uno confía en sí mismo, sólo se necesita reencontrarse con el ser humano que estaba algo extraviado, para despojarse de lo que nos mantenía ciego.


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