miércoles, 3 de octubre de 2012

Enrique y su experiencia

Me llamo Enrique, tengo 26 años, estoy diagnosticado con Bipolaridad desde los 13 años. tuve una infancia muy complejas, dentro de un entorno familiar inestable, además de haber enfrentado la separación de mis padres a los 5 años. De niño me dedicaba ir al colegio todos los días, jugaba con mis compañeros y compañeras, estudiaba, inventaba juegos, etc. diría que era un niño feliz a pesar que mis circunstancias no eran las mejores, pero por algún motivo, esta situación cambió en poco tiempo.

Un día cualquiera a una de mis profesoras de enseñanza básica, me llamó para tener una conversación privada conmigo, en confianza, según indicó ella. Me dijo que de un tiempo a esa parte comenzaba a preocuparse por mí, dado que notaba cambios extraños en mi personalidad, según su apreciación yo me me había vuelto retraído y poco comunicativo  aparentemente yo estaba teniendo un comportamiento absolutamente distinto a lo que era habitualmente en mí, al menos, hasta ese momento yo no me daba cuenta, inmerso en mi propio mundo de emociones.

Familiarmente pasábamos por una etapa de crisis, mi madre acababa de separarse de un hombre al que amó mucho durante años y cayó en un período de profunda depresión con altas dosis de medicamentos, mis hermanos entre siete años y la otra menor, también se vieron afectados y perjudicados psicológicamente, toda una experiencia difícilmente de sobrellevar. Yo me sentía muy poco contenido, poco acogido y dentro de poco tiempo mi autoestima se volvió muy pobre, empecé a deambular muy tempranamente por hospitales y clínicas de la capital, en busca de los mejores profesionales que fueran capaces de determinar si lo mío era solo un desánimo del momento, una pataleta de niño o quizás algo de mayor cuidado.

Así que decidieron llevarme a consultar distintos psicólogos y psiquiatras. Muchas veces al solicitar una segunda opinión quedaba en la mitad de un tratamiento, debido a que cada médico, tenía una opinión distinta a la anterior, sin llegar a una conclusión en común de lo que me estaba ocurriendo.

A veces, simultáneamente comenzaba diversos tratamientos, dado que, para cada especialista había un diagnóstico distinto, claramente diferentes medicamentos. Sobre la marcha sentí completamente arruinada mi vida y mis ansias de desarrollarme profesionalmente tal como lo hacían todos mis ex compañeros de colegio, muchos de ellos deportistas, otros preparaban viajes al extranjero y exigente estudios universitarios, sin duda habían muchos anhelos en mí, pero todo se vio interrumpido por todos los tratamientos y las extensas internaciones, por las que debí pasar, mientras los equipos clínicos intentaban a averiguar qué era exactamente lo que estaba pasando conmigo y en mi mente.

En una oportunidad, estuve dos meses internado en la Clínica psiquiátrica de la Universidad de Chile. Antes me habían diagnosticado como depresivo, luego de psicótico, posteriormente esquizofrenia, desde luego unido a los respectivos tratamientos complicando más aún la situación, la parte económica, donde mi padree se vio en la obligación de vender una propiedad para costear estadía, medicamentos y exámenes.

Con más bajos que altos, logré sobrevivir en relativa calma durante algunos años, aunque sin poder retomar estudios debido a que pasaba gran parte del tiempo absolutamente dopado en mi casa, sin comunicarme, sin realizar actividades, sin reír sintiendo mucho frío en el  alma. Hace poco más de un año, mientras estaba hospitalizado mi médico y mi madre me comunicaron la triste noticia del fallecimiento de mi mejor amigo de la infancia y de toda la vida, Carlos sufría de esquizofrenia, no fue capaz de luchar por sí mismo, tampoco recibió el apoyo oportuno en el momento adecuado, sentí que mi mundo estaba en ruinas de principio a fin por esta perdida.

Sufrí, lloré y viví mi duelo, pero algo cambió en mí definitivamente. Gracias a Dios, por esas bendiciones de la vida, llegaron a mí personas que me trasmitieron su entusiasmos y el empuje que me faltaba para atreverme a sentirme digno de luchar por mi vida a dar todo por la máxima batalla, por la conquista de esta meta, de esta manera comencé a relacionarme con diferente personas,de buenas la actitudes y de un buen pensamiento en la vida; descubrí que este maravilloso mundo dependía de conocer una filosofía nueva de vida, la que cambió radicalmente mi enfoque de la existencia y de pronto noté que ya no era ningún karma ser bipolar, por mucho que sufrí discriminaciones y etapas de bulling en mi vida anteriormente, de pronto comenzaba a a parecer ante mí, las cosas buenas de la vida que yo me había estado perdiendo durante años,: amistades, proyectos, acontecimientos laborales, estudios, todo estaba ahí a la vuelta de la esquina esperando por mí, esperando por mi regreso de ese estado de tristeza y estancamiento.

Muchas otras cosas han ocurrido y todas son importantes  pero solamente quiero transmitir a ustedes mi testimonio porque es real, soy una persona con bipolaridad agradecido de Dios y de las oportunidades que me da la vida constantemente, ustedes deben saber que se puede vivir con esta enfermedad en la medida en que nos dispongamos a abrir nuestro corazón y a permitirnos comprender que esta condición bipolar trasmute a un gran Don.

Mucho más agradecido me sentí recientemente, hace unos días buscando información en Internet  apareció ante mí, un blog de Susana Rodríguez, escritora y artista chilena, quién además de la muchas y muy interesantes cosas que ha realizado en su vida, dirige un grupo de auto ayuda, que se reúne todos los lunes de 14:00 a 17:00 hrs. en el Policlínico del Hospital del Salvador. inmediatamente me sentí conmovido e identificado con lo que allí se exponía y sentí gran interés por asistir a esas charlas sanadoras, motivo por el que me animé a contactar a Susana, me respondió muy pronto, indicándome algunos detalles para asistir y así fue como el lunes recién pasado, me reuní por primera vez con el grupo, fue sinceramente una experiencia maravillosa de contacto conmigo mismo y desde luego con las personas que van allí, se conversa mucho y se escucha mucho también, cosa que agradezco especialmente.  Todo se produce dentro de un clima de impecable armonía, tolerancia y respeto. me sentí muy acogido y lo que es mejor, pude contar mi experiencia como persona con Bipolaridad, sintiéndome en confianza, instancia que nunca antes se había generado. La intención de este grupo es acompañarnos en nuestro proceso de vida, se intercambian  opiniones en un contexto empático y cariñoso, es un apoyo excelente como complemento al tratamiento psiquiátrico o a la psicoterapia.

Agradezco a Susana por haber fundado este increíble grupo humano y por la gran acogida y calor humano que sentí a mi llegada. Invito honestamente a otras persona con Bipolaridad, que sientan que les hace falta hablar sobre su vida, recibir orientación o tal vez como a mí, necesitar ese pequeño gran empujoncito para atreverse a buscar apoyo oportuno.

La vida es bella amigos, vivámosla juntos, sí, se puede!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario