viernes, 13 de febrero de 2015

Aceptarnos

 Al transitar por la bipolaridad, pareciera que uno de los factores menos favorables para estar bien, es la falta de aceptación de la enfermedad. Eso, muchas veces, logra convencernos que es imposible alcanzar bienestar en nuestra vida.
 El sólo hecho de pensarlo se cumple y entonces, nos invade la rabia, la frustración lo que empeora nuestra realidad.

La enfermedad es cíclica, es decir, dependemos de las recaídas o episodios lo que no siempre está presente para ponernos mal, pasando  esos estados, vuelve la normalidad, para recuperar el valor de lo que somos como persona y también para hacer algo por quienes se ven afectados al ver lo mal que lo hemos pasado y que sin duda, nos quieren, y desean vernos realizados en momentos de satisfacción y confianza; aunque creamos sentir que lo que nos duele lo vivimos solos, no es así. 

Es común compararse con pacientes que no han logrado salir adelante, lo que no es favorable, la realidad de bienestar es individual y dependerá del propio deseo de superación y amor propio para avanzar, seguir sumido en un pasado doloroso o de culpas será el motivo principal para padecer o castigarse, lo que pasó, pasó y de lo que pasa nada más pasa.

Hay otros pacientes que no están de acuerdo con destacar la bipolaridad, poniendo como ejemplo a grandes personajes de la historia como genios al haber llevado el gen bipolaridad,  aquí queda demostrado que nuestras inquietudes siempre están puestas en el mundo externo y no en nuestras propias potencialidades. Las habilidades, la creatividad, es real en este gen, el reconocer la enfermedad solo como un mal, es vivir enfermos.

Entonces, la aceptación en relación a enfermedades de las que todos nos podemos ver perjudicados, puede ser un buen punto para no poner ante todo a la bipolaridad como el fin de nuestro bienestar, lo favorable es que tiene tratamiento y que depende del propio compromiso y disciplina para ser constante en seguirlo y qué cualquier alteración molestia que provoquen los medicamentos, no deben ser suspendidos, si no, ser comentado con su médico quien es el único que podrá intervenir en hacer un cambio de dosis.

Planta tu propio jardín y decora tu propia alma, en lugar de esperar que alguien te traiga flores.-Veronica A. Shoffstall. 

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