sábado, 2 de marzo de 2024

Perdí la fe y por mi bipolaridad la recuperé.

Lo menos favorable dentro de mi desarrollo existencial fue haber creído qué en mi sensibilidad estaba la propia verdad, luego de mucho padecer, pude darme cuenta que estaba lejos de lo cierto. 

A mis 38 años de vida tuve que caer en el tan odioso trastorno bipolar, para luego de esa larga espera de lograr recuperar el entendimiento, lo primero que entendí fue qué a pesar de haberme arrastrado a estar expuesta en todo momento a lo inverosímil, no pudo más que hacerme despertar a retomar mi férrea fe, después qué por la estupidez, durante un tiempo la perdí; siendo esa verdad lo que durante mas de 30 años de tratamiento,  me ha permitido no sentirme un ser sufriente ni desvalido. 

La experiencia de esta enfermedad qué siempre reconoceré cómo de origen espiritual, porque por instinto Dios me dió la capacidad de distinguir el bien y el mal y por el mal fue que fortalecí el diálogo espiritual con Dios, consiguiendo recibir no sólo en la tribulación la protección del Espíritu Santo.

La oración del Padrenuestro, sigue siendo mi refugio, mi paz aún no habiendo silencio. 

P.D. "En mi experiencia" el trastorno mental radica en lo espiritual, "es el miedo" a sentirme atrapada por el espiritu maligno lo qué me produce el trastorno mental al no saber cómo escapar de su dominio, afortunadamente la ciencia nos rescata con los químicos (estabilizadores del ánimo en el caso de la bipolaridad) restableciendo el funcionamiento de las neuronas, pero el miedo solo se me espanta con la oración.

De allí que insisto en compartir la oración lo que puede servir a otros.

Por eso Padrenuestro, Que Así Sea, Amén.



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