Aprendí que debo de hablar de mí y no de los demás.
A reconocerme como lo que cada ser humano es, la persona más importante.
A perder el temor a equivocarme porque vivimos equivocados.
Ser realista, demoré en comprenderlo, hasta que entendí que todo lo que pasa afuera, no me pertenece.
Que todo cambia y todo tiene su tiempo.
"La perfección no es un atributo de la naturaleza humana"

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