sábado, 1 de septiembre de 2012

Evitar los Extremos

Aclararnos es una búsqueda que se vuelve algo incesante y es bueno hacer el ejercicio, pero no es un aporte cuando nos decimos, "yo creo que razono bien" o "yo soy así" siguiendo enredados en las mismas expectativas o decepciones, Conversando con una joven, ella trató de explicarme la falta de recursos que tiene para madurar, además de no saber bien de que se trata eso.

No es fácil en poco tiempo clarificar algo tan importante como ésto, pero entre lo que intercambiamos me detuve a reflexionar sobre el pensamiento, a analizar lo que dentro de la bipolaridad muchas veces se nos presenta en nuestra mente, me refiero a esas ideas que nos parecen de verdad ciertas y que resultan como si fuesen reales de haber escuchado o dicho, especialmente cuando estamos algo confusos, entonces, quisiera decir qué, como no sabemos a veces sí es así, no es mala idea consultar con alguien "bien intencionado", si es real lo que nos da vuelta, para saber cuán lejos de la realidad se estuvo.

Enfrentar nuestras confusiones de esta manera, es aprender que nuestra realidad estará más cercana a la aceptación que nuestra normalidad, tiene sus bemoles, sus altos y bajos, sus imprecisiones y que debemos recurrir a la modestia, para aceptar cualesquiera respuesta y así ir aclarándonos y no intranquilizándonos.

Hablaba de la inquietud de cómo lograr madurez, ojalá todas las personas tuviéramos la aspiración de hacer de esto un anhelo, como pacientes delicados de nuestro sentido afectivo, se hace más necesario fortalecernos en nuestras emociones, que de no madurar nos quedamos en aquélla propuesta insignificante y no en una más importante como será desarrollar el pensamiento y el cambio de conductas.

Intercambiando opinión al respecto, estuvimos de acuerdo en lo importante que es saber escuchar y mejor aún si se trata de una crítica, porque eso es tan solo una opinión y no una absoluta verdad, pero que de observarla podemos considerarla como un aporte para la superación personal.

Madurez tiene relación con hacernos responsable de nuestros propios actos, que al considerar nuestra vulnerabilidad, la compensación será la estabilidad, tomando en cuenta nuestras propias conductas. Nuestras actitudes no sólo nos beneficiarán o perjudicarán en lo personal, sabemos que igualmente repercuten en el medio que nos rodea.

La madurez tiene relación con el discernimiento, con la sabiduría, con la lucidez y nos permite evitar los extremos, tolerar los deseos no cumplidos, nos da amplitud mental para escuchar en sentido reflexivo a los demás, corregir los propios defectos antes que observar los ajenos, nos lleva a la serenidad, a descubrir la sinceridad, descartar la envidia, nos hace respetuosos de un Ser Superior y en base a la fe no podemos dar cabida a la autocompasión, porque en la vida siempre recibiremos la compensación.

COMIENZA A MANIFESTARSE LA MADUREZ CUANDO SENTIMOS QUE NUESTRA PREOCUPACIÓN ES MAYOR POR LOS DEMÁS QUE POR NOSOTROS MISMOS.

(Albert Einstein).

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