sábado, 2 de mayo de 2020

Cosas Que antes no Pensé.


La gracia de tomarse uno mismo en serio, es una manera de no distraerse, de no dejar los momentos como si fueran una  alternativa más. 

Es muy común que alguien nos diga algo que no nos guste y que si se lo hacemos notar, el otro recurra a un disculpa o decir  que era broma y así nos va quedando el registro de ideas no comprendidas y muchas veces, sin tener por qué, sentirnos haciendo el ridículo. 

Después de haber puesto los mejores esfuerzos por ser atenta, respetuosa y gentil, tarde vine a entender que lo primero que me corresponde  por derecho, fue lo último que hice, darme a entender cuando algo no me agrada. 

Pero, por un mal discernimiento, me parecía que era suficiente con ser correcta para que todo fuera bien, pero no, había algo tan importante como eso, pedir explicaciones cuando algo no me parece correcto, así fue como descubrí que no estaba equivocada en aclarar lo que bien no entiendo, porque sigo comprobando que quien tiene que responder, no reacciona con claridad sino que se incomoda.

Nunca me di cuenta que no era necesario que los demás me quisieran, me creyeran o de alguna manera me aprobaran, tuve que experimentar mi bipolaridad, para entender  que  la fuente de satisfacción personal no partía por la opinión ajena, porque la realidad de vida empieza y termina en mi misma.

Ahora en la etapa última  de mi existencia, puedo ser más libre qué cuando quise complacer al mundo del prejuicio, el que no cambia aunque yo siga cambiando. 

La ayuda de los profesionales de la salud mental, representan una gran ventana para la observación de nuestras buenas y malas conductas y debilidades, pero la tarea de mantener la línea del respeto por si mismo, es un estímulo constante que debemos mantener cuando no nos descuidamos del buen trato. 


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