miércoles, 23 de marzo de 2016

Graciela y la Droga.

Si quieres ayudar a alguien que esté confundido, confía en él.

Esta es la enseñanza que me deja Graciela, cuando me confiesa que viene de estar con su grupo de amigos con quienes consume drogas.

Le pregunto- ¿pero cómo?- y seriamente me responde: "Ud. me ha dicho que le hable con la verdad"

Y sin duda lo más hermoso es eso, que lo que siempre esconde, pueda enfrentarlo como lo que es en su vida, una realidad.

Cuando se experimenta la confusión, el dolor, la perdida del sentido de vida, no por elección personal, quizás por destino o a veces hasta por misión, se puede comprender en todo a quien anda en busca de hacer saber su verdad sin ser censurado.

No es necesario experimentar lo que hace padecer a otro, para entender a un ser humano.

¿De qué sirve comprender? que el otro no tema ser juzgado y sólo por el hecho de no ser cuestionado, ni mal mirado, muestre su verdad y reconozca cuales son sus malas experiencias en este caso con la droga y sorprende que Graciela no se jacte de esa acción, al contrario reflexione y generalmente termine diciéndose: "yo sé que es lo primero que tengo qué hacer, es no estar con aquellos que no me hacen caso"

Escucha a quien te parece equivocado, ayúdale con tu silencio haciéndole sentir que lo comprendes y el mismo te convencerá a ti, que su intención primera está en dejar lo que reconoce como una tentación atractiva, pero que lo hace llorar y sufrir y que además daña a las personas qué a ese alguien,  lo aman.



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