martes, 1 de marzo de 2016

Cuidado con los Antidepresivos en la Bipolaridad.

Así como este caso existen muchos, Karina preocupada por no saber qué hacer con la bipolaridad de su pololo como decimos a los novios, me escribió, asistió a la reunión y quienes estábamos presente, coincidimos que no queda más qué Karina, le haga sentir que ella no seguirá a su lado con esta entrega de acompañarlo  de manera incondicional, si no recurre a un nuevo médico.

La opinión se hace de la experiencia que cada uno ha tenido dentro de la superación personal, pareciera ser que el sentir perder lo mejor que tenemos en comprensión, nos hace enfrentar definitivamente lo real que es la enfermedad en uno mismo.

Mayor razón cuando es sólo ese alguien como Karina que lo protege porque lo ama; curioso fue escuchar que el familiar más directo no ve más allá de la gran oportunidad, que su hijo viva solo y uno puede pensar, que si toma una mala decisión, seguirá pensando que no había nada mas que hacer. 

Y sí, claro que hay mucho más que hacer, lo primero será sacarse las gafas del qué dirán, del no puedo hacer nada, él es así, siendo que existen caminos como los estudiosos de ese algo llamado "ciencias" que permiten salvar vidas, recuperando el afectado la dicha, la realización personal y el conocimiento de la propia verdad.

Siempre hay algo que considerar como lo primero, lo más importante es que asista a un médico-psiquiatra "especialista en bipolaridad", no es suficiente solo que el médico sea psiquiatra; no todos ellos conocen de como funciona las neurociencias en la bipolaridad, por eso el pololo de Karina no quiere recurrir a un  nuevo tratamiento, por la pésima experiencia que tuvo Carlos cuando recurrió a un médico y se le prescribió "antidepresivos"; en la bipolaridad, el antidepresivo es un medicamento que puede  provocar un pésimo efecto como fue en el caso de Carlos, quien consiguió una de las peores crisis, por lo inadecuado que era para él, en ese momento, un tratamiento con antidepresivo.

La bipolaridad se refiere a dos estados de ánimo, uno es la depresión y el otro la manía o euforia, el antidepresivo consigue que el ánimo se eleve se haga más animoso, pero si no es retirado este medicamento cuando el paciente "bipolar" se sienta mejor, podrá volverlo fuera de control.

Aquí comparto las palabras de Karina, quien estuvo de acuerdo en dejarlas aquí, por si a alguien le pueden servir.

Estimada Susana:

Encontré su contacto en una página del Hospital del Salvador, a raíz de mi búsqueda acerca del trastorno bipolar. Quiero contarle mi experiencia brevemente:

Me llamo Karina, y hace aproximadamente 2 años (con altos y bajos) mantengo una relación con mi pololo. El es bipolar, solo que no lo reconoce ni lo asume. Me entere cuando llevábamos 3 meses saliendo, y fue porque en una crisis me dijo que se iba a suicidar. Ud comprenderá que en mi desesperación lo único que se me ocurrió fue llamar a su madre, quien me hizo saber de su enfermedad, en fin. El año pasado lo convencimos que se tratara, fue por el sistema Auge, por un diagnóstico de depresión, tomó antidepresivos, lo único que ocasionaron fueron crisis horribles y un comportamiento desastroso.

 Fue realmente peor el remedio que la enfermedad. 

La psicoterapia no la siguió haciendo tampoco, porque no le gustaba y se sentía peor. El tiene 30 años, no puedo amarrarlo ni menos obligarlo a ir. Hoy, solo está peor, además de que actualmente se encuentra con un problema en sus muñecas, le cuesta mucho trabajar, porque precisamente sus manos son su herramienta de trabajo, y ésta frustración solo ha hecho que empeore su enfermedad. 

Yo no sé qué hacer, estoy afligida, siento que su madre tampoco lo ayuda ni lo apoya como debiera, solo lo deja solo hasta que se le "pase" y honestamente a mi me colapsa a veces, pero lo quiero y siento que no puedo dejarlo solo, sin un mínimo de apoyo de mi parte al menos. Sé que no puedo hacerme responsable por él, pero quiero agotar las opciones. Él es una persona maravillosa, de gran corazón, pero con su enfermedad se transforma en algo horrible. Ya no quiere nada, ni tomar nada ni ir a una terapia alternativa. Estoy muy desorientada Susana...

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