martes, 11 de abril de 2017

No hay mal que por bien no venga, el dolor ése que parece imposible poder cambiar no es verdad, lo que pareció imposible por culpa de la bipolaridad, no es tan dominante ni para siempre, aquí navegando por el Fiordo Última Esperanza en la Patagonia chilena, camino a los glaciares Balmaceda y Serrano. Un territorio de aire puro, de naturaleza virgen y de gente buena y generosa.

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