Cultivando a Solas.

Es muy propio que nos canse que nos dirijan la vida, que continuamente nos hagan ver lo bueno y lo malo, como si no estuviéramos capacitados para distinguir lo que nos puede perjudicar o favorecer, llega un momento que decidimos buscar el propio camino y sin hacerlo saber siquiera, empezamos a tomar decisiones que si bien es cierto es lo más fácil de conseguir, muchas veces no hemos tomado en cuenta lo significativo que es considerar lo que para siempre tendrá valor, como estos conceptos que aquí comparto.

1.- La obediencia; la persona obediente acepta en un acto de decisión interior, libremente, siempre que no se oponga al bien, es decir que no lo perjudique.

El ser obediente a lo que se piensa, se siente y se hace, nos lleva a ser más pleno y maduro. El querer cambiar a toda la humanidad es algo ilusorio, pero aspirar por un cambio interior pensando en el beneficio  que brinda la obediencia, puede permitirnos ser un ejemplo para dar apoyo y fortaleza también a otros.

2.- La fe: nos permite sentirnos confiados, seguros y protegidos. Es casi imposible enseñarla, o transmitirla, es algo que se siente  o no se siente, ella nos permite confiar en nosotros, en el otro y para algunos confiar en la protección de un Ser Superior.

 En relación a la divinidad, se podría decir que no hay un valor que encierre los más puros sentimientos y lo mejor como experiencia es la Fe.

3.- El pudor: la persona que posee pudor cuida y respeta su intimidad y la de los demás, mantiene su seguridad interior resguardada de extraños, rechazando lo que le pudiese dañar, mostrándola solo cuando sirve a su bien.

4.- La comprensión; la comprensión está unida a respetar y amar a los otros, como también está en la capacidad de ponerse en el lugar de lo que le pasa a alguien. Considerando que podemos hacer algo innato en nosotros como seres humanos y que podemos  generarla y brindarla a través de la buena voluntad. La comprensión siempre apuntará a un bien en conjunto, radicando en el afecto y la buena disposición para entendernos entre sí.

Estos son algunos de los valores que nacen de nuestros buenos sentimientos y emociones, seguros que no los mueve una intención de perjudicar o de salir perjudicado.