sábado, 19 de diciembre de 2020

Un lápiz y un papel.

 Cuando dejamos correr un lápiz sobre un papel sin planificarlo, encontramos cosas que antes no pensamos.

 Basta hacerlo para conectarse con la propia  esencia, es decir con aquello que define a la persona en su naturaleza, invariable, incuestionable, que aflora para materializarse a través de las cosas y de la conciencia. 

Como éstas, las que antes de escribirlas no sabía que eran parte de mi existencia. 

No hay flor que no sea frágil, sutil y que deje de dar brillo con sus colores a la naturaleza. 

Plantar sirve para comprobar que no somos el centro del universo.

Mas allá de lo que vemos, creemos, sentimos o deseamos, existe lo que desconocemos.

Sin un rayo de luz se apagaría lo bello y puro. 

Quien da lo justo recibe lo necesario. 


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