viernes, 22 de octubre de 2021

Mi Cordura v/s Mi Locura.

 

 De conocer a alguien que es paciente al igual  que yo, surge en mi una confianza y un entendimiento que no me ocurre comúnmente con otras personas y generalmente por la cantidad de años de tratamiento y de buenos logros personales, como es mantener un matrimonio por más de 50 años con 33 años de bipolaridad, dos hijos sanos y responsables que tal vez, su experiencia de sobrellevar una niñez con una madre enferma, les haya servido para ser autosuficientes, unidos y además, haber ayudado con su vida ordenada a qué cómo familia lográramos recuperar la felicidad; todo esto en conjunto es una historia qué a pesar de lo doloroso, podemos reconocer que el mal no nos logró de por vida derrotar. 

Todo este escenario no es un discurso, es una realidad que muchos pueden palpar y a la qué generalmente se adjudica lo logrado a mi fortuna de tener una especial familia; para lo cuál yo cobro mi cuota de mérito aparte, porque habiendo un enfermo bipolar en una familia, el eje principal por lograr la armonía de ese círculo, siempre dependerá del instinto de superación del paciente.

Si me reviso, sin duda lo primero que me ha permitido salir adelante es haber comprendido que solo estoy enferma cuando pierdo los sentidos.

Y eso siendo tan grave, por fortuna ha podido ser tratado por la medicina del área de la psiquiatría, no siendo posible controlar esto de otra manera, así y todo la familia se ve afectada, pero  el enfermo, queda absolutamente imposibilitado de saber qué pasará, una experiencia que en el tiempo me permite ser agradecida de la formación en la fe qué me ha protegido de no salir más perjudicada, porque desde la cuna se me enseñó la oración del Ángel de la Guarda.  

Pero una vez recuperada... todo dependerá de mí y es así porque vuelvo a la realidad consciente la que no solo me permite despertar a mis cinco sentidos, sino a mi propio buen espíritu, lo más sublime, eso que ahora mismo me conmueve profundamente al sentir qué recupero el tiempo perdido y a mi ser sensitivo. 

 Pero no hay equilibrio si lo sensible no hace conexión con el raciocinio, esa facultad mental que me permite hacerme cargo de mis actos, de no dejar de preguntarme de los porqué y de los para qué ha de servir hacerlo y para lo qué principalmente ha servido, para corregir mis defectos. 

Ese raciocinio, donde tengo registrado desde niña, el mejor consejo que uno le puede dar a sus hijos "hacer  conciencia", pero después de perder el sano juicio no es automático diferenciar bueno o malo, pero una vez que se consigue la claridad mental, hay algo mucho más interesante por enfrentar, volver a gozar de la Cordura y reconocer qué un dominio de eso algo oscuro, logró atrapar mi armonía para transformarla en Locura.

A veces, no ha faltado más de alguien que me ha dicho qué soy rápida de pensamiento o que tengo claridad mental y entonces, hago mención a lo antes dicho, quien "despierta a la conciencia" no puede ser de otra manera, porque con ella uno aprende qué el sufrimiento no es en vano, porque más que vivir del dolor y la queja, nos ha servido como un alimento para el crecimiento.

La bipolaridad ha sido la mejor fuente para reconocer mis virtudes, mis derechos, mis debilidades y para dar el justo valor a lo que me pertenece, entre éso ha distinguir lo importante de poner límites en mis sentimientos, de anular la importancia que pude dar a la opinión ajena; porque la qué puede ser a favor, no siempre debe ser verdadera y las intenciones negativas, fueron las que se prestaron para hacerme caer en la locura.

3 comentarios:

  1. Gracias como siempre por su testimonio de vida, que da la justa medida a los acontecimientos vividos y hacen reflexionar y mirar dentro cualquier vida... qué de cierta forma sufre la enfermedad bipolar y tantas otras en este tiempo sin tiempo para lo importante. Sus palabras, como siempre llegan en el momento justo, Dios sabe la razón. Gracias de nuevo por la valentía y generosidad para compartir y entregar esperanza...un abrazo de cariño de quién siempre la recuerda y ora por Ud.

    Luz María.

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  2. Valoro profundamente el reconocimiento que haces Susana de tu “Yo Bipolar”.
    Llegar a entender la enfermedad del ánimo que nos tocó es desafiante y más lo es la tarea de aceptarla. Es un proceso que ha requerido años, porque en la época en que nos debutó muchos recibieron el diagnóstico de Ezquizofrenia y aunque eso se corrigió en el tiempo, la mayoría no hemos tenido la posibilidad de que como parte del tratamiento se usara como herramienta terapéutica la psicoeducación.
    Así que los que hemos tenido acceso a conocer sobre la bipolaridad, sus causas, la sintomatología, las medidas de anticipación a las crisis y el cómo enfrentarlas, nos ha colocado en un camino de superación que es permanente, porque aún cuando se logra estar estable, nos mueve la decisión de evitar con nuestra forma de vida las recaídas.
    Para todos estos caminos son diferentes, porque en cada paciente los síntomas se dan de manera distinta, pero las crisis independientemente de la mayor o menor gravedad, dejan secuelas no solamente a nivel cerebral, también nos dejan huellas en nuestra vida, que creo que en vez de una fuente de sufrimiento, deberían convertirse en el camino que has transitado y que hoy te permite contarnos con una claridad que emociona al saber qué sientes que "has recuperado el tiempo perdido y a tu ser sensitivo".

    Odaliz Mirabal Rodríguez.

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  3. Agradezco la sinceridad con que escribe, es importante reconocer nuestro emocionar, para lograr entender poco a poco, qué nos sucede como personas con bipolaridad. Además, esto nos ayuda a hacer una reflexión interna y de autoconocimiento, lo cual es muy necesario para todos, así llegar a tener un autocuidado óptimo, que también ayudará a quienes nos rodean.
    Nuevamente gracias.
    Un abrazo
    Francisca A.

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