sábado, 18 de mayo de 2019

Nosotros y la Sociedad.


Compartir entre quienes sabemos lo que significa vivir lo inesperado de la enfermedad bipolar, nos permite reconocer las dificultades, lo extraño y la creencia que tantas veces nos hizo pensar que lo incierto nunca iba a cambiar.

Ahora con quien compartimos por años en los encuentros de los días lunes en Psiquiatría del Hospital del Salvador, ya no repasamos los miedos, los episodios dolorosos, sino que nos planteamos situarnos en la realidad común de la sociedad.

Nos preguntamos ¿cuál es el motivo principal de desarrollo de vida para la sociedad? Estuvimos de acuerdo, que por lo menos en nuestro país, Chile, el principio de persona es ser profesional.

Pero hay tanto que aprender… Un ejemplo es Martina quien apostó por años a diferentes carreras universitarias, las que por su auto exigencia y su vulnerabilidad quedaron sin terminar, pero ahora lo logró, trabajó cinco años para pagar sus estudios universitarios y habiendo obtenido su título como profesional, hoy reconoce que no siente ninguna satisfacción por su esfuerzo personal, porque no sabe cómo llegar a un medio laboral y  volver a enfrentar lo que alguna vez le pidieron en una entrevista, “venderse como producto”.

María Antonieta, disciplinada, responsable, inteligente, paciente bipolar, no lograba darse cuenta que cada vez que preparaba una prueba, ella volvía a recaer. 

El trastorno afectivo bipolar, se caracteriza por activar la enfermedad, por la presión externa, la auto exigencia, el miedo al fracaso, a la crítica es uno de los factores detonantes de la depresión o la euforia.

¿Qué nos hará dueños del propio bienestar? austeridad, no aprobación de los demás, búsqueda de nuestras capacidades innatas, consideración propia y respeto a uno mismo, cuidar nuestros recursos, crear las propias tareas, confiar con firmeza espiritual que los dones están para entregarlos a sí mismo con generosidad.

Cuando se agradece todo lo que uno tiene, descubre que no le falta nada.


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