jueves, 11 de mayo de 2017

A Eso que LLaman Meditar.


Siempre que se habla de cómo hacer para meditar, pienso y siento, que se le da un valor agregado a esta propuesta que pareciera no ser para todos y también termino pensando que tampoco es fácil de digerir para mí.

Estuve escuchando a un médico quien explica el funcionamiento del hemisferio derecho e izquierdo del cerebro y hace ver las diferencias entre uno y otro y define al lado derecho del cerebro con propiedades artístico-creativo-imaginativo, propio de situarse en las formas y enfocarse en el tiempo presente y cómo es que el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro conoce el pasado, el futuro y el presente y tiene una función racional, literaria, matemática, lógica, es el que piensa,  después de esto hoy entiendo que meditar es lo mismo a lo que me llevó la bipolaridad, hacer funcionar mi lado izquierdo de mi propio cerebro a través de la Reflexión.

Hoy entiendo que meditar es lo mismo que Reflexionar, la bipolaridad dentro de su gen, nos entrega una condición que pareciera ser, solo posible mantenernos en un sentido desde las múltiples acciones, lo que puede ser un potente distractor de nuestras conductas.

Si bien es cierto, este mismo gen nos provee de inteligencia y creatividad, muchas veces no sirve de nada, si no nos detenemos en hacer una pausa para quedarnos focalizados en lo que no entendemos, será entonces "el propio raciocinio" quien nos ayudará a aclarar ideas o conceptos, detenerme a repensar-reflexionar en aquello que no comprendo, ha sido la mejor manera de lograr la tranquilidad, ya no solo dejo al libre albedrío el sentir, más bien disfruto el repensar, entender a mi manera mi pensar o la del otro, me crea la independencia que antes nunca tuve.

Después de mi diagnóstico bipolar, me vi en la obligación de darme cuenta, de esas tantas cosas buenas, que se transformaban en grandes limitaciones que me perjudicaban, lo más irreal de todo eso, era pensar que los demás alguna vez me iban a entender.

Por eso, es que en repensar mis propias cosas, encontré el mundo que me pertenece. 

Si bien es cierto la creatividad me hacía ser admirable, lo espiritual el mejor compromiso como ser humano, me faltaba una parte que complementara lo que solo me sirve a mí, saber elegir.


  

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