lunes, 24 de julio de 2017

En Beneficio Propio


La problemática de las crisis no se debe medir solo en el momento como preocupante, también es necesario saber qué provocó la nueva alteración.

No siempre se puede culpar al paciente por no seguir su tratamiento, porque la enfermedad también se activa con presiones externas o con exigencias poco probables de entender o cumplir.

Cada persona crea su propia historia, pero cada historia está enlazada con otra y a veces la falta de entendimiento con otros reactiva la bipolaridad; mientras no aprendamos a separar por convicción lo que no se tolera o perjudica, la irritabilidad impedirá el bienestar emocional.

Muchos pacientes reconocen no poder hacer de su vida algo normal, porque no falta el familiar que quiere hacerlo distinto o que asegura que interviniendo directamente en las decisiones del paciente lo va a salvar, siendo que muy por el contrario de seguro lo perjudicará, lo inseguriza y le provocará la enfermedad. 

No solo quienes tenemos un diagnóstico nos podemos confundir, también los demás pueden estar equivocados y esas equivocaciones además de no ser absolutamente conscientes, pueden ser reiterativas y provocadoras de irritabilidad, como sucede con la intervención de muchas madres de pacientes adultos, quienes actúan a través de un dominio aferrado a un amor mal entendido y quienes aunque se les haga ver lo valioso que sería respetaran la independencia de sus hijos, no entienden que muchas veces sus buenas intenciones, no dejan vivir en paz y libertad, como tampoco permiten desarrollar su propia vida a la persona.

Cuando una persona ha sido diagnosticada con este diagnóstico bipolar, es muy propio ser catalogado de extraño cuando uno no comprende a otro, pero hay que considerar que para uno también los demás resultan ser extraños y eso no es una alucinación, simplemente no podemos entendernos con todos.

Complacer o quedar bien con quienes no estamos de acuerdo, toma valor cuando actuamos de acuerdo a lo que sentimos y pensamos.

"La lealtad tiene un corazón tranquilo"
William Shakespeare


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