viernes, 13 de abril de 2018

Aprender a Vivir.


Alguien me comentaba lo difícil que ha sido para la familia de un paciente, poder comprender los momentos tan complicados que tiene la bipolaridad y claro que sí, las crisis seguirán causando dolor y estragos en el paciente y las familias, mientras no haya medicamento continuo como tratamiento.

Nunca me refiero a la gravedad de los hechos que puede provocar la falta de sano juicio, porque solo la medicina y la responsabilidad del paciente pueden lograr controlar este mal.

La enfermedad activando una crisis, no nos deja enseñanza alguna como para comentar con alguien, lo que sí nos sirve es compartir cómo hemos avanzado en darnos cuenta de la importancia que tiene el cuidar nuestras conductas, de la necesidad de cambiar los malos hábitos, obedecer a lo que nos hace bien, cuidar el buen trato, como también cuidar en lo que se va a pensar;  bipolaridad podríamos decir que es sinónimo de destruir la confianza en sí mismo, la esperanza y la fe, sin embargo cuando advertimos que la enfermedad no toca ni cambia la esencia, no hay excusa para seguir siendo cada vez más humano, menos egocéntricos, más humilde y menos frustrados.

La misma persona que comentaba lo afectada que se ve la familia por la enfermedad de aquel paciente, me decía porque en Chile no se habla más abiertamente de la bipolaridad, y la verdad que yo no lo sé, en mi caso me dispuse a escribir un libro, ya dejaba de ser una desconocida y pasaba a ser más que una persona, alguien con enfermedad bipolar, para eso pedí autorización a mi esposo y a mis hijos y ellos además de pasar por el dolor y la incomprensión de no saber qué significaba algo tan inesperado y desconocido,  juntos fuimos enterándonos que era una enfermedad, la que además de habernos causado sufrimiento, nos enseñó a que no tenía poder para destruirnos como familia, gracias a la psiquiatría y a las oraciones diarias que seguimos elevando a Dios Padre hasta hoy.

El principio de hacerme amiga de mi enfermedad bipolar, fue en el tiempo de mi primera convalecencia, atreviéndome a comentar a quien me quisiera escuchar lo que me pasaba, entonces más de alguien exponía en una reunión social, que tenían familiares con esquizofrenia, otros hijo o pariente deficiente mental o algo más doloroso aún, casos de suicidio, así fue como pude entender lo común que era la fragilidad que afectaba a muchos en el alma humana y hoy puedo decir lo importante que es también "dejar pasar el miedo", cultivando día a dia una oración sencilla y serena, para conseguir valentía espiritual, que permite rescatarnos del dominio de esta enfermedad, que parece ser imposible de superar.

Las cosas cambian y muchas de ellas cambian para destacar, resaltar lo perjudicial, como por ejemplo hace treinta años atrás las palabras bullying, discriminación, estigma no sonaban en el vocabulario de todos como hoy, podríamos resaltar "los valores" no los defectos sociales, para que nos contagiemos con lo bueno y eso nos ayude a todos a ser cada vez más humanos.

Si eres paciente calma tus miedos "respirando profundamente" acepta lo que parece sufrimiento, para que no heche raíces, confía que lo bueno nunca muere.

"Aquel que tiene fe nunca está solo"

Thomas Carlyle

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