jueves, 1 de agosto de 2019



Quien conoce bien qué es una plegaria, es quien sabe que no todo depende de su proceder.

La diferencia entre el saber e ignorar está en el interés y la apatía.

Decir yo creo o creí, no es tener la certeza para decir por cierto, ciertamente o es verdad.

El tiempo como el respeto no tiene edad.

La experiencia propia es una enseñanza tan significativa como la equivocación.

Quien no se abre a aceptarse a sí mismo difícilmente aceptará a otro. 

Lo más desconocido de uno mismo se conoce a través de un lápiz y un papel.

Lo bueno que vive en ti es más que luz propia es el sustento de confiar que nada lo cambia.

Lo que no tengo puede ser que no lo necesito o no me lo merezco.

Cuando no se deja un espacio para darse cuenta que es lo que uno siente, no se puede llegar a pensar correctamente.

La reflexión hace posible entender lo que no se entiende.

Las elecciones personales permiten conectarse con la libertad, lo que hace posible inclinarme mas qué por el amor, por la honestidad.

Así como Dios me da sin pedirle, sabe lo que doy y no doy y lo que recibo y no recibo.



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