miércoles, 20 de noviembre de 2019

Practicar lo que se Predica.

  1. Cuando alguien confía en la experiencia de uno, sucede sentirse dos cosas, una de ellas es hacerse de un compromiso que requiere de no fallar a la confianza depositada y lo otro, tener que cumplir con lo que uno predica.

Lo cierto es que por principio nada es un esfuerzo, pero a veces sí reconozco un algo de frustración, al ver que muchas veces el acompañamiento se transforma en compañía más que en ayuda.

Como por ejemplo cuando la persona se adjudica el diagnóstico, como algo que le da permiso, para no darse por aludido de lo que pueda ocurrir en su vida y peor aún, hacer a su familia responsable en lo económico y en la tristeza que provoca la situación, de sobrellevar algo que se escapa de cualquier posibilidad de revertir si no es con la ayuda médica. 

Sin duda influye profundamente la personalidad de quien tiene necesidad de tratamiento para la bipolaridad. 

Son muchos los casos de pacientes problemáticos por su egoísmo, como  también la falta de mirarse a sí mismo y de tener un poquito de gratitud más que de soberbia. 

En diez años una paciente, no ha cambiado su manera superficial de sobrellevar su vida, recae y su explicación es que son los medicamentos que le dan los médicos lo que  la descompensan y aún habiendo compartido el mismo idioma, ella sigue demostrando que el problema que tiene son los medicamentos, después de las internaciones vuelve a su normalidad, donde no cuenta de nuevo en ella, un cambió  de hábitos en favor de mejorar las propias conductas. 

Y a tantos de nosotros los que hemos caminado juntos a este caso, lo que nos ha ayudado ha sido no culpar a nadie y obedecer a que el médico da el tratamiento, pero el crecimiento lo siembra uno.

Es deber del paciente ayudar a su médico tratante a saber lo favorable o lo adverso que ocurre con el tratamiento, los períodos críticos requieren de mayores dosis y claro que nos sentimos diferente, desagradados, tristes y confundidos, pero de todo eso depende de que nos recuperemos. 

Todo tratamiento es variable y los más estrictos igualmente tienen un tiempo para ir siendo disminuidos, esta enfermedad la llevan miles de personas en el mundo, pero esto  es algo personal y para caminar dignamente, lo primero será reconocer los propios defectos... habrá que educarse para saber que me perjudica y que me favorece, más que preocuparme de lo que le pasa al otro y ante todo, no hacerse el desentendido. 

Y para no pasarlo peor, se debe ser honrado consigo mismo, no fallar mañana y tarde en cumplir con el privilegio de tener un freno de mano, para evitar estar enfermos. 


  1. La verdad que debo reconocer, que no me faltan buenas intenciones ni planteamientos, pero me da vergüenza decirle a alguien, que cambia su discurso de acuerdo a su conveniencia, que me doy cuenta. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario