lunes, 7 de agosto de 2017

Valor Personal

Es tan común al revisar el tema de "auto valor o respeto a sí mismo" que las personas terminen haciendo "juicio de la sociedad"

No es fácil situarnos en cualquier punto de la propia montaña; cuando llegamos a la propia cima, es más seguro que miremos el gran panorama y no midamos el esfuerzo que hicimos para alcanzar hasta donde hemos llegado, a veces, me parece que así enfrentamos los días y se nos pasa la vida, distraídos más que valorando las propias metas o esfuerzos, más bien nos apartamos de  nosotros mismos por lo que sucede afuera.

Todo esto es una conversación que sé que estoy compartiendo con un joven merecedor de mi respeto.

"La propia valoración discute del porqué detenerte para saber qué piensas de ti" no sobre de lo que haces, más bien de cómo te conduces por la vida "por ser uno y lo posible que es hacer de tu existencia un todo"

Mirar nuestra manera de pensar, de actuar, nos sirve para saber por qué "no es más importante" el medio en que nos desenvolvemos, que aquello que "nos inspire para ser sincero consigo mismo" hasta conseguir la propia honorabilidad, merecedora del mismo respeto que los demás.

A veces aquel que es tan buena persona, con quien podemos contar para todo, nos parece como el ideal de amigo, pero "quien esté dispuesto a ceder a consentir siempre a otros" está transgrediendo el sentido de honestidad consigo mismo.

Así se aprende que no debemos tener cuidado con quienes nos perjudican, sino tenemos que tener cuidado con nosotros mismos, porque es uno mismo quien debe poner atención a lo que pasa en su propia vida y reconocer que existen personas que no respetan la bondad, como tampoco la inocencia o inseguridad de las demás personas, sino más bien ese valor es utilizado en su beneficio y provecho e ignorado cuando se trata de retribuir, respetar o considerar.

Cuando nos enteramos del posible aprovechamiento, se puede pensar que uno debe cambiar el valor de la generosidad y otras virtudes, pero no, el cambio que debemos conseguir es "respetar el valor de uno mismo" siendo honestos, sinceros donde quiera que actuemos, haciendo saber nuestros pensamientos con "claridad" sin dejarnos llevar por influencias externas que nos obliguen a quedar bien.

Respetar a otros, coincide con el mismo “punto de partida que merece el propio respeto” se podría decir que nos sirve de límite, para "no agradar o complacer por simpatizar" sino porque el derecho de dignidad, prudencia y reserva nos pertenece a todos.

"Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.
Confucio


No hay comentarios:

Publicar un comentario