domingo, 10 de septiembre de 2017

Conductas de Inseguridad.


La personalidad de un paciente puede influir en su calidad de vida.

La manera de pensar y actuar, es muy influyente dentro de un diagnóstico bipolar; las características personales de cómo enfrentar la realidad, muchas veces, nos  impiden evolucionar, progresar  o  entender que  lo que nos mantuvo atrapado ya pasó, a veces, seguimos angustiados y no nos damos cuenta que hemos conseguido nuestro equilibrio y que podemos tomar nuevas decisiones.

Algunas personas se quedan convencido que este mal no tiene vuelta y sus conductas de inseguridad, de temor, pasan a ser el punto de apoyo, para así no enfrentar la nueva etapa de vida, quieren seguir siendo comprendidos, auxiliados y no exigidos, por su familia o por quien comparta su vida y eso lo lleva a convencerse, mentalmente, que sus estados siempre serán enfermizos.

 Difícil es darnos cuenta que de lo que pensemos será el resultado de lo que logremos; una crisis nos lleva a la inseguridad, al desinterés, a la pérdida de confianza y a la incertidumbre y es todo esto lo que principalmente nos impide  enfrentar responsabilidades o compromisos, siendo que es lo que nos sirve como primera motivación, para sanar lo que se transformó en una herida.

A veces, quien tiene que acompañar a un paciente bipolar, cree no tener recursos para  tratarlo, pero lo más efectivo es recurrir a hacer silencio, el silencio nos ayuda a recapacitar, a sosegarse, a repensar.

La fragilidad, la inestabilidad, el infantilismo, que muchas veces es lo más relevante que nos envuelve en actitud y creencia, necesita recibir un trato más bien formal y con solidez emocional, más que con mimos o disimulos, porque un paciente bipolar ante todo necesita que confíen en él.


Lo que alimentas dentro de ti es lo que crece.

Goethe

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